Por David Arellano Gault
El control interno es el mecanismo de gobernanza colectiva de una organización —su directivo, su personal y el área de control interno—. Mismo que busca dar elementos de un aseguramiento razonable de que la organización logrará sus objetivos con base en el análisis y control de sus operaciones, finanzas y normas.
Este proceso es responsabilidad del colectivo. El control interno, a través de enfocarse en controles, consigue incrementar la probabilidad de que la organización logre sus objetivos.
El control interno tiene como misión sustantiva proponer mecanismos que permitan reducir lagunas y fallas a las áreas de operaciones, finanzas, así como al cumplimiento de normas y leyes establecidas.
Los controles en una organización no reducen a cero el riesgo, sino que minimizan la probabilidad de errores; asimismo, reduce la probabilidad de dolo en las acciones del personal dentro de la organización.
Sin embargo, ¿debe ser el control interno quien –una vez detectados posibles actos de corrupción o sistemas de fraude– investigue?
¿Si el objetivo del control interno no es detectar el fraude y la corrupción, entonces lo que de manera más efectiva puede hacer es sumar un área especializada en prevención de fraudes/corrupción?
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David Arellano Gault