Nudge: conceptos básicos, crítica y evidencia empírica

por Jorge Puga González

[author image=»http://dpp.cide.edu/documents/93422/93785/Jorge-Puga-Gonz%C3%A1lez-.jpg?t=1377184055574″ ]Jorge Puga González es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de las Américas, Puebla; cuenta con una maestría en Administración y Políticas Públicas (CIDE) y actualmente estudia el doctorado en Políticas Públicas del CIDE. Su actual proyecto de investigación son «Políticas Educativa en materia de Cooperación Internacional: el caso de la Educación Superior en México» Twitter: @Jpugag Correo: jorge.puga@alumnos.cide.edu[/author]

Carolina es la directora del servicio de comidas en el sistema escolar de una ciudad inglesa.  Ella logró que los estudiantes consuman más alimentos saludables simplemente cambiando su presentación en las cafeterías de las escuelas. El libro “Nudge”, de Richard Thaler y Sunstein Cass (2009) inicia con este ejemplo hipotético y argumenta que es posible mejorar las decisiones que toman los seres humanos cambiando cualquier aspecto del contexto en el que se toman dichas decisiones. De esta forma, los individuos alcanzarían un mayor bienestar. Actualmente, diversos países han implementado intervenciones a partir de esta perspectiva, inclusive, algunos crearon oficinas de gobierno (por ejemplo, Estados Unidos o Australia) con la finalidad de incorporarla de manera sistemática en la solución de problemas públicos. Sin embargo, el debate académico sobre este enfoque es relativamente reciente y están abiertas múltiples preguntas de investigación. Con la finalidad de presentar algunos de los principales temas de dicho debate, en las siguientes líneas abordaremos brevemente los principales supuestos de esta perspectiva, críticas académicas, la evidencia empírica relacionada y algunas reflexiones finales.

Thaler y Sunstein (2009) señalan que los individuos tienen racionalidad limitada y no siempre escogen lo que más les conviene. Un ejemplo recurrente es el caso de quien busca dejar de fumar pero no lo logra por falta de información sobre las alternativas para alcanzarlo o por insuficiente fuerza de voluntad. Puesto que los seres humanos toman decisiones subóptimas, necesitan “un empujoncito” (una traducción recurrente de la palabra Nudge, ver por ejemplo Oxford Dictionaries, 2016) para mejorarlas y alcanzar mayor bienestar. Un Nudge: “es cualquier aspecto de la arquitectura de la elección [contexto en el que se toma la decisión] que altere el comportamiento de la población de manera predecible sin olvidar ninguna opción o cambiar significativamente sus incentivos económicos” (p.6, traducción propia). A diferencia de los enfoques económicos tradicionales, estos autores no se basan en incentivos (premios o castigos) para modificar el comportamiento. El ser humano puede ser inducido a mejorar sus decisiones, sin necesidad de coerción, simplemente cambiando el formato del marco o contexto de las decisiones. Poner fruta a la vista en una cafetería escolar es un Nudge, prohibir la comida chatarra no lo es (Thaler y Sunstein, 2009).

Nudges 1Con base en estos supuestos, el gobierno tiene la responsabilidad de actuar como un arquitecto de las decisiones. Gracias a mejor información, debe escoger ciertos arreglos de los contextos de las decisiones para mejorar el bienestar de las personas. Se trata de un Paternalismo Liberal, pues aunque se preserva la libertad de elección, no se ejerce coerción, se influye en el comportamiento de las personas con la finalidad de que tengan vidas más saludables, más largas o mejores (Thaler y Sunstein, 2009).

Julian Le Grand y Bill New (2015) especifican algunas formas por las cuales los gobiernos liberales paternalistas pueden influir en las decisiones. Una es cambiando la posición inicial (default) de las personas en los contextos. Por ejemplo, un individuo puede estar más dispuesto a donar sus órganos cuando se le pide que especifique si se niega a hacerlo en lugar de que si acepta. Otra es manipulando la información del contexto, es el caso de las advertencias en las cajetillas de los cigarros. Regular los momentos en los que se toman las decisiones (timing of decisions) es otra opción, por ejemplo: para evitar deudas muy elevadas de créditos bancarios, se podría otorgar un periodo para que los individuos puedan cambiar su decisión antes de tomar posesión del préstamo. Finalmente, estos autores consideran los subsidios e impuestos, pues afirman que permiten preservar la libertad de elección (no son coercitivos o restrictivos).

 

Nudges 2Por lo hasta aquí señalado, podrían presentarse diversas implicaciones en las intervenciones de gobierno. Mark Kosters y Jeroen Van Der Heijden (2015) resumen algunas de las más importantes. Puesto que la perspectiva supone que los individuos tienen racionalidad limitada y no se ejerce coerción, en lugar de pronosticar o mandatar, las intervenciones buscarían influir en las decisiones. Como consecuencia adicional, los costos de las intervenciones se reducirían y habría menos mandatos y regulaciones. De esta forma se generarían gobiernos más baratos. Asimismo, los cambios en los comportamientos no sólo podrían ser de corto o mediano plazo (casco en una bicicleta) sino también de largo plazo (dejar de fumar) o de ambos (inscribirse a un gimnasio y mejorar la salud a la larga). En cuanto a las estrategias de las empresas para inducir a los individuos a decisiones subóptimas (por ejemplo a seguir fumando o al consumo excesivo de “comida chatarra”), el gobierno puede también intervenir con una herramienta similar para mejorar las decisiones. Peter John y Liz Richardson (2012), afirman que además de ser una alternativa, los nudges son un complemento a múltiples instrumentos convencionales de políticas como financieros o regulatorios.  Por ejemplo, en este último caso, en lugar de que sólo estén pensados en su substancia (cómo están escritas) o su función (cómo deberían operar), la principal preocupación de los instrumentos regulatorios podría cambiar a la posible respuesta de gente (Kosters y Van Der Heijden, 2015). Peter Jhon (2013), agrega una implicación en materia de democracia. De acuerdo con este autor,  existe la posibilidad de tender puentes entre la economía del comportamiento y la democracia deliberativa. Éste sería el caso de la discusión de los resultados de una intervención por parte de los ciudadanos involucrados. Finalmente destaca que los nudges podrían ser utilizados para atender múltiples problemas públicos en campos tan diversos como la salud, empleo, educación, medio ambiente, recaudación de impuestos, seguridad, ente otros (aun si de manera simplificada, el siguiente video ilustra algunos temas mencionados en los párrafos anteriores).

Aunque sólo se han presentado algunas de las principales implicaciones, podrían esperarse diversos beneficios en las intervenciones de gobierno. Sin embargo, antes de dar por sentado que estos efectos tendrían lugar en todos los casos, cabría considerar algunas de las principales críticas académicas. Kosters y Van Der Heijden (2015) afirman que inicialmente las propuestas se generaron a partir de observaciones empíricas de experimentos pero que pronto alcanzaron un estatus normativo. Además, los experimentos aislados no siempre mantienen sus resultados cuando se realizan de manera pública. Estos autores afirman que la definición de Nudge propuesta por Thaler y Sunstein (2009) resulta confusa y se puede forzar demasiado pues incluye cualquier factor en el contexto e impide una mejor comprensión de cuándo, cómo y por qué esperar determinados resultados. Tampoco parece existir un marco de evaluación suficiente que permita confirmar que generan mejores resultados que otras intervenciones. Consecuencias negativas podrían también presentarse en materia de desigualdad si no se considera que los individuos con menos recursos parecen tomar decisiones más pobres. En términos de transparencia, resulta muy complicado verificar cuántas veces y en qué medida cambia la arquitectura de la elección. Esto aumenta los riesgos en materia de rendición de cuentas pues los ciudadanos se encuentran, ante la falta de información, limitados a debatir y cuestionar la arquitectura de las decisiones. En consecuencia hay pocos incentivos para corregir errores y adjudicar responsabilidades.

Nudges 3Le Grand y New (2015) retoman algunas críticas al Paternalismo Liberal. Mencionan que no hay un tercero neutral pues el gobierno incide en las decisiones a partir de sus valoraciones o intereses. Asimismo, señalan que no se enfrenta la falla de fondo, es decir, no se trata de mejorar la calidad de las decisiones sino de manipularlas, engañarlas. Finalmente, representa un riesgo de pérdida de autonomía como consecuencia de la manipulación. A pesar de las observaciones, los autores afirman que podría tener menos impacto en la autonomía de los personas que otro tipo de paternalismo.

Lodge and Wegrich  (2014) hacen referencia a la paradoja de la racionalidad. Esto se debe a que los Nudges ofrecen una perspectiva racional para atender problemas que surgen de la racionalidad limitada. En otras palabras, existe una contradicción importante pues aunque considera que todos los seres humanos tienen racionalidad limitada, también supone que el arquitecto de las decisiones tiene racionalidad perfecta. Contrariamente, estos autores afirman que tiene también racionalidad limitada. Las intervenciones pueden entonces  generar al menos cuatro consecuencias inesperadas: errores de clasificación sobre los asuntos susceptibles de intervenciones; reacciones contrarias a las esperadas, por ejemplo, un incremento en el consumo de “comida chatarra” como consecuencia de mayor publicidad ante el cambio del orden de las comidas en las cafeterías escolares; podrían generar decepción por un uso abusivo de las intervenciones, por ejemplo, cuando las instituciones de salud no tengan capacidades suficientes para aprovechar un incremento en la donación de órganos y, puesto que sólo se manipulan los comportamientos, los problemas de fondo pueden agravarse en el largo plazo, éste sería el caso de los individuos que al usar casco, comiencen a conducir en un modo más arriesgado sus bicicletas.

Evan Selinger y Kyle Whyte (2012), afirman que estas intervenciones podrían presentar limitaciones para resolver problemas complejos de política. Los Nudges, en el mejor de los casos son de utilidad dentro de un sistema físico simple. Sin embargo, presentan problemas para integrase a sistemas socio-técnicos que son mucho menos predecibles y que incluyen elementos como la cultura organizacional y las capacidades institucionales. Para estos autores, en los casos de problemas aún más complejos, los que ocurren a nivel global y en múltiples sistemas, los Nudges no se consideran. Frank Mols, Alexander Haslam, Jetten y Jolanda Steffens (2015) consideran que los Nugdes pueden tener poca utilidad en algunos contextos. Esto se debe a que no buscan persuadir (brindar nueva información que se puede reflexionar e internalizar) sino influir en el comportamiento evitando la reflexión. Puesto que no se internalizan nuevas normas, los hábitos no deseados pueden volver a aparecer. Las intervenciones podrían entonces resultar poco eficaces en largo plazo y de costos elevados si se interviene constantemente para volver a influir en las decisiones.

Nudges 4Contrariamente a lo que sucedería si sólo consideramos las oportunidades, las críticas a los Nudges podrían llevarnos a pensar que únicamente conllevan riesgos. Antes de caer en cualquiera de los dos extremos, valdría la pena revisar la evidencia empírica. Al respecto, Kosters y Van Der Heijden, (2015) señalan que todavía es insuficiente para sustentar posturas polarizadas en cualquiera de los extremos. Entre los diversos ejemplos de éxito, Morten Jakobsen y Søren Serritzlew (2015), realizaron un experimento en el que participaron 1,438 familias de 10 escuelas pertenecientes a un municipio noruego.

Concluyeron que la información otorgada por medio de Nudges puede afectar no sólo el comportamiento de los ciudadanos sino también su conocimiento. Éste está en la base de futuras decisiones. Gracias a un folleto administrado al grupo de tratamiento, se registraron incrementos en los conocimientos sobre las habilidades lectoras en alrededor de 30% más que en el grupo de control. Los costos fueron además bajos: 2.2 USD por participante.

Alberto Alemano (2012) señala que para reducir el consumo de tabaco, los Nudges (por ejemplo, estandarización de las cajetillas) presentan ventajas adicionales a las intervenciones sólo pensadas en actores racionales (por ejemplo, prohibición de fumar en ciertos lugares). En este sentido, son necesarias intervenciones mixtas. Otros autores señalan ejemplos adicionales de resultados positivos. En diversos países europeos se presentaron incrementos en las proporciones de donantes de órganos al solicitarles notificar cuando no quisieran donar en lugar de otorgarles credenciales cuando accedían a hacerlo (en Austria incrementó hasta en 99.98%). En Reino Unido se encontró que: los mensajes de texto personalizados pueden aumentar los pagos de las multa (33% en comparación de 25%); simplificar las cartas o destacar mensajes clave eleva las tasas de respuesta (35% frente a 4% de las cartas genéricas) y, que brindar retroalimentación (una carita feliz o enojada) en los recibos de pago, reduce el consumo de energía. Asimismo, en Estados Unidos se observó que firmar una hoja arriba, y no abajo,  incrementa la honestidad de las respuestas en 10% (Kosters y Van Der Heijden, 2015).  Le Grand y Bill New (2015) hacen referencia a los impuestos y señalan que se puede mejorar la recaudación cuando, por medio de una carta, se informa al contribuyente moroso que un porcentaje importante de los vecinos de su localidad ya realizó el pago correspondiente. Jhon (2013) menciona que para evitar la repetición de algunos comportamientos delictivos podría resultar más eficaz, en comparación a los castigos convencionales, que los criminales conocieran a sus víctimas, entre muchos otros (para ejemplos adicionales ver el siguiente video o algunos de los vínculos electrónicos de interés al final del texto).

Nudges 5A pesar de los casos de éxito, la evidencia empírica también presenta múltiples limitaciones. El efecto podría no ser tan importante como defienden los proponentes (Kosters y Van Der Heijden, 2015; Selinger y Whyte, 2012),  por ejemplo, sólo hubo una variación absoluta de 8.2% en el caso del consumo de comida saludable (Inglaterra). Tampoco parece existir evidencia suficiente para verificar que: estas intervenciones sean mejores que las de otro tipo; generen ahorros; sean útiles para fines colectivos; los experimentos realizados en condiciones controladas se puedan replicar a gran escala; sea posible realizar generalizaciones para otros contextos y, que sea una estrategia diferente o una adhesión a las existentes.

A pesar de los múltiples beneficios sugeridos en los supuestos de esta perspectiva, las diversas críticas académicas y la evidencia empírica sugieren que no es posible afirmar que se trata solamente de una virtud o un riesgo. En este sentido, podría tratarse de otra estrategia que nos brinda una nueva caja de herramientas para alcanzar mejores gobiernos (Kosters y Van Der Heijden, 2015) pero que también implica diversos retos tanto para los investigadores como para los practicantes, entre otros destacan: conocer con mayor detalle el afecto de la variación de los factores en los contextos en las intervenciones; establecer mejores parámetros para verificar que mejora significativamente la situación de bienestar de la población objetivo y afecta poco a la no objetivo (Le Grand y New, 2015); encontrar nuevos mecanismos que reduzcan posibles riegos, por ejemplo, Le Grand y New (2015), sugieren la “transparencia con interferencia”(un guardián que conozca la arquitectura de las decisiones); profundizar sobre los alcances y limitaciones para la solución de problemas complejos; impulsar mayores estudios comparativos que permitan evaluarlas frente a otros tipos de prácticas (Kosters y Van Der Heijden, 2015); mayor evidencia sobre su uso de manera mixta con otro tipo de intervenciones, entre muchas otras.  Puesto que los Nudges parecen estar volviéndose una práctica recurrente, será importante contar con mayores análisis y evidencia empírica que permitan reducir sus riesgos y aumentar sus oportunidades de alcanzar mejores gobiernos.

Vínculos electrónicos de interés:

Nudge Blog: artículos de divulgación relacionados con el tema (incluyendo autores como Thaler) y diversos ejemplos de exitoso de nudges. http://nudges.org/

iNudgeyou: sitio del Applied Behavioural Science Group, incluye diversos artíuclos de divulgación sobre diversos tipos de nudges. http://inudgeyou.com/

Nudge Blog del Design Incubation Centre, Universidad de Singapur: diversas propuestas de Nudges. http://designincubationcentre.com/nudge/blog/

Oksana Mont, Matthias Lehner and Eva Heiskanen (2014), “Nudging A tool for sustainable behaviour?”,  Reporte 644, Agencia de Protección ambiental de Suecia: texto que podría resultar de interés para hacedores de políticas públicas. Ente otros temas incluye: algunas sugerencias sobre cómo, cuándo y por qué utilizar nudges; limitaciones y riesgos; componentes de la caja de herramientas; organización del trabajo en varios países y, ejemplos de intervenciones en múltiples temas. https://www.naturvardsverket.se/Documents/publikationer6400/978-91-620-6643-7.pdf?pid=14232

Hanks A., Just D., Smith L., Wansink B, Dyson J.,  Healthy convenience: nudging students toward healthier choices in the lunchroom, Journal of Public Health: artículo de libre acceso que describe la implementación de un experimento y sus resultados en uno de los ejemplos más emblemáticos de los nudges: la presentación de comidas saludables en los comedores de las escuelas http://jpubhealth.oxfordjournals.org/content/early/2012/01/31/pubmed.fds003.full

 

Bibliografía:

 Alemanno A. (2012), “Nudging Smokers The Behavioural Turn of Tobacco Risk Regulation”, European Journal of Risk Regulation, 1, 32-42

John P. (2013), “All tools are informational now: how information and persuasion define the tools of government”, Policy & Politics, 41 (4), 605-620.

John P. y Richardson L. (2012), Nudging citizens towards localism?, Londres: British Academy, fecha de acceso, 20 de abril de 2016, http://www.britac.ac.uk/policy/nudging-citizens-towards-localism.cfm

Kosters M. y Van der Heijden J. (2015), “From mechanism to virtue: Evaluating Nudge theory”, Evaluation, 21 (3), 276-291

Le Grand, J. y New, B. (2015), Government paternalism, Princeton: Princeton University Press, capítulos 7 y 8.

Lodge M. y Wegrich K. (2014), “Rational tools of government in a world of bounded rationality”, Discussion paper no. 75,  LSE.

Jakobsen M. y Serritzlew S. (2015), “Effects on Knowledge of Nudging Citizens with Information”, International Journal of Public Administration, 00, 1-9.

Mols, F., Haslam A., Jetten J. y Steffens N. (2015), “Why a nudge is not enough: A social identity critique of governance by stealth”, European Journal of Political Research, 54 (1), 81-98.

Oxford Dictionaries, “Nudge”, Oxford Dictionaries, fecha de acceso, 29 de abril de 2016, http://www.oxforddictionaries.com/es/traducir/ingles-espanol/nudge

Selinger E. y Whyte K. (2012), “Nudging Cannot Solve Complex Policy Problems”, European Journal of Risk Regulation, 1, 26-31.

Thaler R. y Sunstein  C. (2009), Nudge, Nueva York: Penguin.

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